2 meses no son nada

Se van a cumplir 2 meses de que mi hija está en Italia y de verdad no siento que esté tan lejos. Si bien físicamente no la tengo, en el día a día tenemos comunicación cotidiana, donde ella hace consultas y yo respondo,  y viceversa también. Estoy pendiente de su Snapchat donde pública sus actividades, amigos y lugares que va conociendo. Para ser honesto, estoy sintiendo una envidia por todo lo que está viviendo, pero esa envidia llena de orgullo que infla mi pecho llenito de amor por mis hijas.

Estoy planificando ir a Europa en marzo o abril de 2016 para aprovechar de verla unos días, pero también para conocer el viejo continente. Las oportunidades se presentan y hay que aprovecharlas. Ojalá a mi hija la autoricen a viajar conmigo por Europa. Y si no, no tendré más alternativa que pasear solo. No faltará el alma que me regocije en cada puerto digo yo.

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