Mi cabeza está funcionando a mil kilómetros por hora y no sé si soy capaz de sostenerlo. Pasan tantas cosas, en su mayoría estresantes, que trato de compensar con actividades deportivas, mi familia y mis actividades personales. No se si quiero esta vida para mí, pero tampoco tengo muchas opciones. Las cosas son así pareciera la consigna. «El que quiere celeste que le cueste»