La Tercera es la Vencida

Mi primer fracaso empresarial me llevó a buscar trabajo fuera de mi empresa, en efecto las «lucas» no alcanzaban ni para colectivos, tenía que pedirle a mi pareja que me pasara mil pesos para mobilizarme a diario, a pesar de ello nunca perdí la sonrisa y la actitud. Siempre pensé «soy profesional y puedo encontrar algún trabajo remunerado». Fue así como llegué al cargo de Director de las carreras de Administración y Finanzas de Inacap y aunque no era un gran sueldo, era algo para partir. Trabajar con estudiantes fue muy revitalizador, me puso nuevamente en la órbita conceptual que había perdido con tantos años luchando en un emprendimiento que no dio el ancho. A pesar de ello, aún no me alcanzaba el dinero para mis gastos personales y mi actividad era demasiado demandante como para ejercer una segunda alternativa que generara ingresos.

Un año después recibí una oferta de trabajo en una empresa de montaje industrial, la que durante 6 años mejoró mis ingresos sustancialmente. Mi vida se transformó, me volví un pequeño burgués con capacidades económicas que nunca antes tuve, adquirí alguno bienes y mejoró la calidad de vida de todo mi entorno directo. Todo muy hermoso, sin embargo, había algo que no estaba funcionando y este era el ámbito profesional muy lejos de lo que he buscado toda mi vida, sin capacidad de tomar decisiones, más bien ejecutaba lo que el dueño y gerente solicitaban. A pesar de que tenía un trato preferencial, este fue más bien en el plano afectivo y no en el profesional. Me perdí definitivamente, mis días se mecanizaron, pasaba largas horas de trabajo, comencé a tener problemas en casa ya que ni fines de semana libres tenía y muchos elementos que finalmente me llevaron a una situación insostenible que nunca estuvo entre mis objetivos. Sentía que debía tener un cambio, pero no fui capaz de salir de allí, me faltó la fuerza para hacerlo. Estaba envuelto en un círculo vicioso. Luego de un tiempo la empresa cayó en insolvencia y por fin, de manera forzada, tuve que salir sin tener muy claro lo que venía para mi, pero me sentí aliviado con mucha energía para emprender un nuevo destino laboral y ahora si, compatibilizar ingresos y desarrollo profesional.

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